martes, 3 de abril de 2012

‘El oro o la vida’ ganadora del Premio Anaconda a mejor película indígena


Por Raúl Ortiz - Mory
‘El oro o la vida’ es un documental que muestra la problemática medioambiental originada por la explotación aurífera a manos de empresas transnacionales asentadas en Centroamérica. Su director, el español Álvaro Revenga, se centra en las acciones de la canadiense Goldcorp y el impacto que está dejando su mina Marlín en Guatemala. Hasta ahora el saldo ha sido nefasto: ríos contaminados, animales muertos y personas enfermas. Por otro lado, el realizador presenta al público cómo todavía en algunos países se ejerce las consultas comunales, una práctica ancestral que la modernidad de las grandes empresas parece querer abolir; o, en el mejor de los casos, prefiere hacer oídos sordos.


Esta cinta contiene todos los personajes protagónicos que intervienen en los conflictos latinoamericanos relacionados a explotación de recursos naturales: un párroco disidente, indígenas afectados, los directivos de la empresa con sus testimonios de manual, dirigentes comunales quijotescos, casos emblemáticos de muertes y funcionarios estatales que se hacen de la vista gorda. En realidad un cúmulo de declaraciones enfrentadas que sitúa al espectador, de forma eficiente, en un contexto – el centroamericano – poco conocido en el resto del mundo; aunque caiga en la estructura narrativa tradicional de los documentales de denuncia ambiental.

Sin embargo, Revenga tiene vocación ilustrativa, más allá del afán de acusación que denota su trabajo. Mejor dicho, sustenta lo que expone y no se deja llevar por los maniqueísmos que sí tiene la mayoría de los documentales ecológicos. Las pruebas científicas que, amparadas en documentos, demuestran la contaminación, y las comparaciones estadísticas que ayudan a entender la magnitud de las ganancias de la empresa minera, son puntos relevantes que acercan al público.

La cuota de cinismo que presentan los directivos de Goldcorp al momento de hacer sus declaraciones también es un mérito del propio realizador, quien los interroga e induce a decir sandeces ante preguntas sencillas, a las que mejor sería no responder, sobre todo cuando la realidad es evidente. Revenga no es Michael Moore, es más fino y menos socarrón. Es un director que muestra los daños colaterales de la actividad minera de gran escala sin sentimentalismos ni rostros de niños compungidos. Lo que hace su trabajo más serio y creíble.

El español nunca dice que los procesos de concesión minera en Guatemala estén minados de corrupción pero expone la idea de porqué una empresa, que es la más rentable de su rubro en los últimos años, gane tanto dinero a un costo tan bajo de inversión sin que el gobierno la observe cuando tiene denuncias por infringir los derechos humanos y que, además, sólo tributa 1% por el concepto de regalías.

Al mismo tiempo que se rodaba el documental, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos había solicitado la suspensión de las operaciones de la mina Marlín, acción que fue aplaudida. No obstante, en enero del año en curso, ‘por presiones políticas’, la CIDH revocó su recomendación de paralizar las obras de Goldcorp. ‘El oro o la vida’ también menciona a hombres y mujeres ambientalistas y dirigentes indígenas asesinados por sicarios en circunstancias sospechosas.

El trabajo de Revenga es un producto cinematográfico encallado en el documental, pero también tiene mucho de periodismo de denuncia con cierta dosis investigativa. Un documental recomendable.

NOTA: ‘El oro o la vida’ fue la ganadora de la sexta edición del festival Premio AnacondaLa Imagen de Todos los Pueblos”, iniciativa que reconoce al cine indígena y afrodescendiente de la Amazonía, el Chaco y los Bosques Tropicales de América Latina y El Caribe. La ceremonia de premiación fue en la sede del Centro Cultural de España de Lima.

El Premio Anaconda es organizado por la Coordinadora Latinoamericana de Cine y Comunicación de los Pueblos Indígenas (CLACPI), la Fundación Praia; CHIRAPAQ Centro de Culturas Indígenas del Perú y la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (AIDESEP) con el auspicio de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) y el apoyo de la Comunidad Andina.

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