viernes, 9 de marzo de 2012

Page One: Inside ‘The New York Times’ ¿El fin del periodismo impreso?


Por Raúl Ortiz - Mory

El avance de la tecnología ha generado que los medios de comunicación, especialmente los de soporte escrito, empiecen a replantear la manera de presentar sus contenidos para no disminuir su cantidad de lectores. Además, el modelo de negocio de las grandes empresas editoriales está mutando a una reinvención de las estrategias de publicidad debido a la fuga del capital que los anunciantes prefieren orientar hacia otros soportes como el digital.

Las ediciones virtuales de los diarios y revistas, y los blogs – en ambos casos cimentadas en la opción multiplataformas, aquellas que unen audio, video y textos – están marcando una tendencia en las nuevas generaciones. El target integrado por hombres y mujeres de 18 a 35 años prefiere leer on line y acceder a contenidos sin pago alguno que ofrezcan gran variedad de temas, ya sean locales o globales. Para este segmento no importa si se lee mal – sólo titulares –, lo importante es tener un cóctel de noticias a la mano.

Andrew Rossi es un realizador estadounidense que registró, a través del documental Page One: Inside The New York Times, la situación coyuntural – resultado de la recesión económica – que afronta uno de los diarios más importantes de U.S.A. El ‘Times’ ha sufrido los embates del bajón publicitario y ha visto cómo su competencia en la Gran Manzana y el resto del país ha sucumbido ante una serie de nuevos factores como la proliferación de los medios digitales y los intentos desesperados por la primicia, llegando, en muchos casos, a cerrar.

Para presentar al ‘Times’ desde adentro, Rossi recoge los comentarios y análisis de periodistas cuajados que forman parte del mismo diario como Bill Keller, David Carr o Brian Stelker que, en algunas ocasiones con posturas encontradas, hablan sobre temas como el acceso a versiones completas por Internet previo pago, la elección de los titulares de la portada, la veracidad de hechos relacionados a conflictos bélicos o la relación del poder con la prensa, por citar algunos. Lo interesante del enfoque de Rossi es que presenta al ‘Times’ como un medio pluralista que sigue estrictamente valores periodísticos inalterables, sin que ello signifique pontificar su trabajo.

Rossi expone cuestiones periodísticas que para el espectador convencional podrían ser de interés. Por ejemplo, la manera cómo los medios se retroalimentan y se ‘contagian’ de información sin que el lector llegue a saber de dónde procede el dato inicial. En muchos de los casos, según el documental, buena parte de las noticias de repercusión nacional se originan en el ‘Times’, lo que es recogido por las grandes cadenas de televisión y los sitios más influyente de la Web. Ello le da al ‘Times’ una prestancia de autoridad y referencia periodística que Rossi argumenta constantemente.

Si la idea del documentalista fue mostrar al diario en cuestión como un estandarte de la prensa de su país, entonces refuerza su concepto con la participación de otros referentes como el cronista Gay Talese (‘El reino y el poder’, ‘Honrarás a tu padre’) o el editor jefe de ‘The New Yorker’ David Remnick (‘Rey del mundo’), quienes cuentan desde su experiencia profesional el impacto que tiene la información que publica el ‘Times’ en los ciudadanos americanos. No obstante, recoger estos testimonios también permite dar un vistazo desde afuera, algo necesario cuando el largometraje empieza a asfixiar debido a las exclusivas participaciones de los periodistas del propio diario.

Estos postulados son las ramas de un tronco que se expanden durante todo el documental y que se enraíza en una pregunta fundamental: ¿quebrará el ‘Times’ ante la avalancha de cambios sociales, económicos e informáticos que vive el mundo?, ¿estarán destinados los medios impresos a la desaparición a manos de la infidelidad de los lectores? La conclusión que da Page One: Inside The New York Times – a pesar de que meses después de terminado el rodaje el director del ‘Times’ dijera “que dejará de imprimirse en una fecha a definir” es que la prensa apoyada en el papel tiene larga vida y solo pasa por momentos difíciles. Ni Julian Assange con Wikileaks, ni la tecnología, ni la presión del poder político o económico, parece ganarle la batalla al buen periodismo. Enhorabuena. 


Si deseas más información sobre la situación de ‘The New York Times’ a febrero del 2012 puedes hacer click en: http://www.elmundo.es/elmundo/2012/02/02/comunicacion/1328199711.html


2 comentarios:

  1. Hola.
    Muy interesante tu blog. Dos preguntas, a partir de tu cierre de post:

    1.¿El buen periodismo es solo posible en un medio impreso?
    2.¿Que un medio como el Times se deje de imprimir para pasar, por ejemplo, a una versión web o para tabletas, afectaría su calidad periodística?

    Gracias y saludos.

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    1. Hola Renzo Augusto, sobre tu primera pregunta creo que el buen periodismo se puede hacer en prensa escrita, radio, TV y soportes digitales. El post se enfoca en prensa escrita de nivel porque específicamente se comenta el caso del Times. Pero creo que con buenas ideas y rigor periodístico se puede trabajar en cualquier plataforma. Respecto a lo segundo, no creo que se deje de imprimir y tampoco que baje su calidad periodística en el caso que se pase todo su contenido a la web. Al contrario, creo que podría abrirse una posibilidad para llegar a más personas y realizar textos más largos con mayor investigación porque no tendrá el limitante del espacio ni el costo del papel.

      Saludos

      R.

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