Por Raúl – Ortiz Mory
Este año se eligió a los nuevos mandatarios de los Estados Unidos,
Venezuela y México en medio de polémicas, finales de infarto y acusaciones de
toda índole desde los frentes opositores. Los comicios electorales siempre
generarán pasiones y enardecerán a tirios y troyanos. Este escenario también ha
sido retratado por el cine a lo largo de su historia con resultados
formidables. El siguiente artículo hace un recorrido por algunas cintas que
demuestran por qué se vive con tanta intensidad las campañas que llevan a un
puñado de hombres a dirigir el destino de las naciones.
La guerra sucia y las estrategias de propaganda electoral son
temas provocadores que realizadores de todos los tiempos han sucumbido sin
atenuantes a sus (des) encantos. Desde la construcción del perfil de un
personaje outsider hasta el proceso
de reelección de autoridades controversiales, la pantalla grande ha erigido a
figuras históricas y ha criticado ferozmente los lineamientos de los partidos
políticos.
Los escándalos son buenos puntos de inicio para retratar a un
personaje y su contexto. En Primary Colors (1998), Mike Nichols
expone una punzante sátira sobre el Caso Lewinsky a través de la campaña
presidencial de Jack Stanton (un convincente John Travolta). Más allá del
embrollo sexual, raíz del problema en cuestión, Nichols extiende un abanico de miradas
sobre el funcionamiento de las altas esferas políticas de los Estados Unidos.
Buenos diálogos, humor negro a raudales y una crítica sin
miramientos a la moral pública sostienen esta película que muestra a un
Travolta espléndido, nada que ver con los bodrios que a menudo interpreta.
También destacables las actuaciones de Larry Hagman y Emma Thompson.
Sexo + dinero + poder = escándalo. Esta es una ecuación que
normalmente se ve en el ámbito político y que Hal Sabih nos muestra con Shampoo
(1975). Protagonizada por Warren Beatty, y secundado por Julie
Christie, Goldie Hawn y Lee Grant, la cinta es un fino ejemplo de comedia con
tintes de sarcasmo. La película trascurre en la previa a la asunción de mando
de Richard Nixon a la presidencia y detalla las correrías de un peluquero (Beatty)
testigo de chismes políticos y enredos amoroso/sexuales.
En The Manchurian Candidate (1962) de John Frankenheimer una serie
de situaciones que rozan con lo maquiavélico tienen como único objetivo a la Casa Blanca. Laurence
Harvey encarna al soldado Raymond Shaw que tras regresar de la Guerra de Corea inicia una
ascendente, e inducida, carrera política hacia la presidencia americana. Gran
interpretación de Frank Sinatra en el rol del mayor Bennet Marco y un sólido
guión hacen de este thriller político una joya del género. Cabe precisar que el
film se basó en la novela de Richard Condon.
Cuarenta y dos más tarde una nueva version de The Manchurian
Candidate fue rodada por Jonathan Demme y contó con un reparto encabezado por Denzel
Washington, Meryl Streep y Liev Schreiber, ahora en el contexto iraquí de la
operación Tormenta del Desierto. Esta nueva entrega afronta no solo el paso del
tiempo sino que está al día con los avances tecnológicos del nuevo milenio. A
los sobrevivientes del comando del mayor Marco (Washington) se le instala chips
en sus cerebros, pero solo uno de los militares estará destinado a ser el
presidente de la nación americana.
En ambas cintas se refleja la ambición por el poder y los
desmedidos intentos por alcanzarlo. La versión reciente cuida la esencia de la
película original lo cual es una fortaleza. Dato adicional: Tina Sinatra, hija
de La Voz , compró
los derechos de la película de 1962 para que Demme la vuelva a rodar.
El homenaje a
la máxima figura
Pero no todas las películas de este corte tratan sobre las
campañas electorales, aunque las observan de maneta soslayada. Otra fórmula muy
difundida es la biografía de personajes que a la postre fueron mandatarios o
senadores.
Un caso es Wilson (1944) de Henry King que
cuenta la vida de Woodrow Wilson desde el tiempo en que era profesor
universitario; no olvidemos que se trata de un personaje bastante polémico que apoyó
al Ku Klux Klan, entre otras acciones. La cinta de King tuvo a Alexander Knox (buena
interpretación) en el rol de Wilson y da un panorama bastante exacto del
contexto en que vivió el protagonista. Acompañan en el elenco, Geraldine
Fitzgerald, Charles Coburn y Vincent Price. Altamente recomendable.
Un director tan prolífico como John Ford no podía estar fuera de
este tipo de filmes. Su Young Mister Lincoln (1939) perfila la juventud, y parte de la adultez, de
Abraham Lincoln. Ford relata la vida de un hombre pobre de provincia con
sólidos ideales y ansias de superación. En esta ocasión Lincoln, quien quizá
sea uno de los presidentes más valorados de la historia de los Estados Unidos,
es interpretado por Henry Fonda.
Entre las escenas que más destacan está la del juicio, en que
gracias a su buen criterio Lincoln resuelve un espinoso caso. Aunque por ratos
es políticamente demasiado correcta (es un homenaje) vale la pena verla para
entender el tiempo en que se desarrolló el presidente número16 de los Estados
Unidos. Otra película de Ford es The last Hurra (1958) que trata sobre
las contiendas electorales pero a un nivel más regional. Personajes logrados y
una mezcla de comedia con drama juegan a favor del gran realizador. Gran rol el
de Spencer Tracy.
Mirando más al sur tenemos Lula: el hijo de Brasil (2009) de Fabio Barreto. Este es un retrato del
político brasilero que va desde su infancia hasta el momento en que llega al
cénit como dirigente sindical. De narración cronológica secuencial con algunos
estereotipos bien marcados, la película de Barreto goza de convincentes actuaciones,
sobre todo las de Rui Ricardo Diaz como Lula y una excelente Gloria Pires en el
papel de la madre del futuro mandatario. Punto aparte es el tema de la música a
cargo de Jacques Morelembaun, arreglista y productor de algunos discos de Caetano
Veloso. A diferencia de los filmes americanos en esta película el contexto está
marcado por dictaduras militares, aspecto a tomar en cuenta como parte de la
formación del personaje.
Bobby
(2006) de Emilio Estevez es una de esas
películas que aglutina a muchos actores estelares y no fracasa en el intento
por contar una buena historia. La película se desarrolla en el Hotel Ambassador
de Los Ángeles el mismo día en que asesinaron a Robert F. Kennedy, hermano
menor de JFK. La perspectiva del filme está relatada desde la óptica de 22
personas con ideologías y prioridades distintas pero que forman parte de una
misma colectividad influida por los cambios abruptos de los años 60. Nombres como Helen Hunt, Anthony Hopkins, Demi Moore, Sharon Stone,
Lindsay Lohan, Elijah Wood, Heather Graham, Ashton Kutcher, Christian Slater o Martin
Sheen le dan color a la trama. Gran trabajo de historias entrelazadas que Estevez hilvana con
efectividad.
Humor
presidencial
Las risas también están presentes en las películas que hablan de
temas serios como las campañas electorales. Algunas en clave de sorna, otras
con un poco más de humor blanco.
Para este último caso tenemos Kisses for my President (1964) de Curtis
Bernhardt. Una mujer llega a la presidencia norteamericana y su esposo asume el
rol de “primera dama” intercambiando los papeles que habitualmente llevaban.
Así se inicia una serie de complicaciones para el esposo confundido. Buena
cinta protagonizada por Fred MacMurray y Polly Bergen que le da otra mirada a
las peliagudas confrontaciones entre candidatos al sillón presidencial. Fresca,
ágil y divertida.
Para sonreír en casi toda el tiempo que dura tenemos Wag
the dog (1997) de Barry Levinson. Mordaz, cínica, hilarante y brillante
son algunos calificativos para la película protagonizada por dos grandes de la
industria: Robert de Niro y Dustin Hoffman. En tiempos de reelección, el
presidente de los Estados Unidos es señalado como acosador de una adolescente.
Sus asesores acuden a un lobista (De Niro) experto en cortinas de humo y
campañas psicosociales que a su vez busca a un productor (Hoffman) que tape el
escándalo con una ficticia guerra en Albania. A ratos este dislocado argumento
pone en duda las versiones oficiales del gobierno americano con mucha finura,
elegancia e inteligencia. Un gran guión que critica sin anestesia el sistema
del poder del gigante norteño.
Swing
vote (2008) de Joshua Michael Stern presenta a Bud Johnson (Kevin Costner) como
un perfecto inútil que circunstancialmente tiene en sus manos el destino de
todo un país a través de su voto. La influencia de los medios de comunicación y
la conversión de Bud en una celebridad serán los ingredientes de una guerra por
obtener el voto del redimido personaje. Esta comedia, con algunos puntos
dramáticos, también contó con la participación de Denis Hooper.
Man
of the Year (2006) de Barry
Levinson narra otro de esos argumentos inverosímiles pero que le dan la razón
al azar: Tom Dobbs (Robin Williams), un cómico que se burla semanalmente de los
políticos tradicionales por medio de su programa en la televisión, decide
lanzarse, cual suicida, a la piscina electoral. Sin embargo, no cuenta con que
ganará los comicios sin atenuantes. Cinta entretenida con señales tipo “la
democracia es lo mejor y eso es lo que hace los Estados Unidos”, se vale de
algunos estereotipos para narrar su argumento y ser efectivo. A pesar de estos detalles es recomendable.
Pongámonos
serios
Otro de los géneros empleados en el cine para presentar un tema
electoral es el documental. Su valía radica en que muchos de estos han generado
una gran corriente de opinión.
Ejemplo claro es Fahrenheit 9/11 (2004) de Michael
Moore donde el polémico director cuenta los nexos de George W. Bush con Osama
Bin Laden. Inolvidable la escena en que a Bush se le comunica el atentado a las
Torres Gemelas cuando está en un colegio, sobre todo si está acompañada del
texto de Moore.
Otro es Unprecedented (2002) de Richard Ray
Pérez y Joan Sekler que narra la dramática elección de George W. Bush en el
2000 decidida en el estado de Florida con un capítulo de fraude. Quizá uno de
los documentales más pulcros a nivel narrativo.
También está By the People: The Election of Barack Obama
(2009) que detalla el camino del último presidente americano y su
empatía con la gente que ve en él a un político distinto.
Frontrunners (2008) de Caroline Suh es un documental que cuenta la carrera de cuatro
candidatos de uno de los institutos públicos de más valía de los Estados
Unidos. En comparación a los mencionados antes no tiene como protagonistas a
presidentes o senadores pero funciona muy bien y se deja ver como algo novedoso.
Un enfoque distinto.
No es un documental pero perfila perfectamente desde la ficción al
modelo de candidato a senador atípico: idealista, anti demagógico, directo. En The
candidate (1972) Michael
Ritchie dibuja a Robert Redford como el político distinto. No obstante, al transcurrir
la película el protagonista cae en las telarañas de la campaña electoral y vira
su comportamiento, a pesar de que es conciente de lo que está haciendo. La
guerra sucia y el impacto de la propaganda son otras aristas que Ritchie ofrece.
Crítica directa a los políticos tradicionales y al manejo de las masas. Queda para
la posteridad la escena final en que una vez ganada la elección un desolado
Redford le dice a su jefe de campaña (Peter Boyle): ¿Qué hacemos ahora?
Bob
Roberts (1992), protagonizada, escrita y dirigida por Tim Robbins es
una excelente película que aborda la campaña de un hombre que aspira a ocupar
un lugar en el senado norteamericano y que no escatimará esfuerzos por
lograrlo. Esgrimista y cantante folk, Roberts (Robbins) se hace conocido por su
discurso radical contra el consumo de drogas y sus razonamientos de derecha;
además por ser polémico y frontal. El director ofrece una pieza de primer orden
que apunta directo a la cabeza de las tendencias racistas, capitalistas y
conservadoras. La figura del asesor que ejerce el poder a la sombra del
candidato es otro punto fuerte del film. La manipulación por medio de discursos
efectistas, los medios como cajas de resonancia parcializadas, el fanatismo
político, y la guerra sucia y la propaganda son otros temas de la cinta
ambientada en las semanas previas a la invasión a Kuwait.
Existen más películas sobre el ámbito de la carrera
electoral. Sin embargo, he querido brindar un material que recoja
inquietudes de realizadores de diferentes épocas y con diversos enfoques.
*La versión
original de este artículo se publicó en la revista Godard!
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