Por Raúl Ortiz - Mory
En tiempos en que las buenas revistas son atacadas por el virus del supuesto poco tiempo
para leer, por la proliferación de publicaciones de dudosa calidad, por la
imposición de la publicidad antes que los contenidos, por las líneas
editoriales que nunca chocan con el establisment
cultural y por el amiguismo que preserva pero que también contamina, todavía
hay ejemplos de outsiders
editoriales. Uno de ellos es Godard!, la revista peruana de cine que lleva 11
años lejos del lado oscuro y que, todavía, se da del lujo de aumentar la
cantidad de sus páginas sin tener un solo aviso pagado en sus ediciones.
Locura,
utopía, suicidio empresarial. En realidad, un poco de todo. La idea que nació
de dos muchachos que ni siquiera llegaban a los 25 años es hoy una realidad
convertida en referente de la crítica cinematográfica en el Perú; un país que
tiene cifras poco alentadoras en lectoría de revistas y que está reinado por la
piratería audiovisual.
Claudio
Cordero y Sebastián Pimentel decidieron emprender la aventura de la revista
propia cuando la oferta era escasa y las palmadas al hombro que se les daban a
los cineastas y críticos locales eran abundantes, más allá de que sus cintas y
apreciaciones, respectivamente, fueran mediocres o malas. Ello, entre otras
cosas, los motivó a sacar una revista que rompiese con lo conocido. Sin duda,
una rebelde con causa.
Al revisar las
editoriales de las primeras ediciones uno no sabe si está leyendo manifiestos
rabiosos o llamadas incendiarias que invitan a romper el orden natural de las
cosas. Los pleitos causados por las opiniones de los dos jóvenes les granjeo
peleas de antología con algunos de los críticos más ‘venerados’ del medio
peruano. Al inicio, se les tildó de loquitos sin brújula o de chiquillos que
querían llamar la atención. El paso de los años y el camino andado, hicieron
que las motivaciones iniciales bajen sus revoluciones y se vea el tema desde
otra perspectiva. Ahora, Godard! luce más reflexiva y detallista, profunda y analítica,
abierta y plural; pero no ha perdido su personalidad de adolescente indómito.
La última
edición, la N°31, tiene 106 páginas donde se pueden leer más de 50 críticas de
películas; ha sido escrita por 22 críticos procedentes de Argentina, Chile, España
y Perú; ofrece dossiers donde se analiza las obras de Samuel Fuller y Richard
Brooks, a través de todos sus filmes; presenta sendos homenajes a Gene Kelly y a
Narciso Ibáñez Menta; muestra un ranking de las mejores películas sin estrenar
en el Perú (donde Melancolía de Lars Von Trier lidera las preferencias), ofrece
completos informes sobre los festivales de Guadalajara, Bafici y Fiacid; entre
otros temas.
Lo trabajoso
no consiste en llegar, lo realmente difícil está en mantenerse, dice el viejo
adagio y que a Godard! le va como anillo al dedo. Mientras siga la pasión por
hacer lo que más les gusta a sus directores – mirar películas y escribir sobre ellas
– la revista tendrá vigencia, dice Cordero. Godard! es una prueba de que se
puede tener una voz original, sin ataduras al planeamiento de las pautas
publicitarias y que solo sale a delante a fuerza de pasión por el cine.
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